Trastorno de ansiedad: Síntomas, causas, tipos y cómo prevenirlo
Los trastornos de ansiedad son condiciones relacionadas con los aspectos psicológicos de las personas, que sufren episodios de nerviosismo, preocupación o miedo que pueden tener como resultado un ataque de pánico.
En los últimos tiempos, y más con las situaciones ocurridas en el mundo relacionadas con la pandemia, los trastornos de ansiedad aumentaron significativamente. Esto obviamente demuestra que existen condiciones específicas para que aparezcan, principalmente cuando las personas están sometidas a estrés psicológico, encierro o alguna condición personal difícil que promueva su aparición.
La ansiedad se puede manifestar primero dentro de los pensamientos de algunas personas y también se puede reflejar en alguna sintomatología física, como temblores, sudoraciones, aumento de la presión, taquicardias, y cualquier otro tipo de característica visible que anuncia su presencia.
La ansiedad, en rasgos menores, no es del todo negativa. Un ejemplo de esto podría ser cuando una persona se ve amenazada ante un vehículo que se le viene encima, y reacciona dando un salto de lugar para evitar ser atropellada. En este sentido, se podría decir que la intuición y el instinto de supervivencia pudieron accionar positivamente salvándose de un gran golpe.
Otros ejemplos de un proceso de ansiedad positivo, lo viven algunas personas que enfrentan diferentes situaciones, como por ejemplo la salida ante un público, en el caso de actores y oradores, que muchas veces necesitan una pequeña dosis de adrenalina para trabajar con efectividad.
Pero la ansiedad puede llegar a ser muy destructiva a nivel psicológico, cuando sus niveles son muy altos y comienzan a afectar físicamente.
Tipos de ansiedad
Generalizada. Esta es la más urgente de tratar, ya que se trata de manifestaciones físicas derivadas de los pensamientos obsesivos y las preocupaciones que causan nerviosismo, por lo que las personas sufren de eventos acentuados de descontrol, llanto, temblores y temor.
Pánico. En el ataque de pánico, las personas sienten una sensación de amenaza inevitable y se manifiesta con sudoración, temblores, paralización, dificultad para respirar y un terror acentuado. Muchas personas aseguran que en medio de un ataque de pánico la sensación de muerte es la más peculiar, sin embargo, afortunadamente, la mayoría suelen pasar al cabo de algunos minutos, luego de que el cuerpo dentro de su mecanismo de defensa logre nivelar el exceso de adrenalina, que es en muchos casos el causante.
Las fobias. Estos son miedos irracionales hacia un lugar, un objeto o una condición. A diferencia de los ataques de pánico, las fobias sí tienen un motivo específico. Aunque las personas ya reconocen que existe un ente que les puede causar incomodidad y ansiedad, buscan evitarlo, ya que no pueden controlar la ansiedad que le produce estar cerca de ello. Las fobias tienen diferentes características y condiciones. Las más comunes son la agorafobia, que es el temor a ciertos sitios o salir de casa. La acrofobia, que es el miedo a las alturas. La claustrofobia, que es el miedo a lugares encerrados, La aracnofobia que se relaciona con el temor hacia las arañas, etc.
Hay otros trastornos de ansiedad que también son importantes de tratar, como el trastorno por separación o duelo, donde las personas sufren episodios de ansiedad por algún divorcio, o muerte de algún familiar. La ansiedad social o fobia social, que se relaciona con el rechazo hacia las relaciones sociales, y las fobias infantiles, como el temor hacia la escuela, grupos infantiles, etc.
Cómo prevenir y tratar los trastornos de ansiedad: Tratamientos
El más recomendado es la ayuda profesional. Los especialistas en psiquiatría y psicología han enfocado sus estudios y su carrera en tratar principalmente el comportamiento humano desde el punto de vista psicológico, por lo que conocen muy bien todos los aspectos característicos de los trastornos de ansiedad, desde su aparición, su manifestación y sus tratamientos para controlarlos.
Terapias efectivas. Los especialistas en la salud mental recomiendan algunas técnicas como la psicoterapia, la terapia conductual, el ejercicio físico, el control de las emociones, técnicas de relajación, meditación, despeje mental, control del estrés, terapias naturistas y en algunos casos la medicación, pero este último debe estar vigilado por los médicos, que son los que conocen mejor el tratamiento y las dosis efectivas según la intensidad de este trastorno.
Un ejercicio para ataques de pánico imprevistos
Hay ejercicios físicos combinados con técnicas de relajación que son muy efectivas ante un ataque de pánico.
Uno de estos, consiste en que la persona se siente en una silla o sofá cómodo, cuando intuye la presencia de un ataque de pánico. En esa posición sentada, y evitando acostarse en algún momento, la persona comenzará a respirar muy lentamente por un orificio de la nariz, tapando el otro con su dedo índice. Luego de que ha tomado suficiente aire, lo expulsara por el orificio tapado, y sellará también con el dedo índice el orificio por donde inhalo. La expulsión del aire deberá tratar de que sea muy lenta.
En el momento en que está haciendo su ejercicio de respiración, la idea es que la persona se concentre en la realidad presente. Esto se puede lograr enfocando su atención en la parte inferior del cuerpo, desde los pies hasta las rodillas, buscando sentir sus pies, los tobillos, la pantorrilla y las rodillas, y luego al revés, desde las rodillas hasta la planta de los pies. El sentido de este enfoque es que la atención se vaya hacia la realidad y se separe de la amenaza que las personas sienten en ese momento.
Este ejercicio también resulta más efectivo si las personas colocan los pies en el piso sin zapatos, para que pueda sentir la temperatura del suelo. Luego de algunos minutos, cuando ya sienta que el ataque de pánico ha comenzado a ceder, se comienza respirar normalmente hasta que el pánico haya desaparecido por completo.
Muchas personas luego de este ejercicio experimentan un cansancio acentuado o una fuerte relajación con sensaciones como el desvanecimiento, esto se debe a que la carga fuerte de adrenalina ya ha bajado, por lo que cuerpo tiende a aflojarse profundamente.
Luego, una infusión de hierbas naturales como la manzanilla o la valeriana podrían contribuir a una relajación total e inclusive inducir a un sueño profundo.
No hay que olvidar que un ataque de pánico, si es consecuente, necesita la asesoría y la recomendación de un profesional con urgencia.